21 octubre, 2025

Jajaja, LOL o 555: así evoluciona la risa en internet

En la vida analógica, una persona adulta se ríe alrededor de 15 veces al día. Pero si pudiéramos leer todas sus interacciones virtuales, pensaríamos que estamos ante un payaso, un maniaco o un niño (los menores se ríen unas 400 veces al día). La carita que llora de risa 😂 es el emoticono más usado en Appleen Facebook, incluso en X. Todo el mundo en Internet declara estar muerto de risa todo el tiempo. Si fuera cierto, la hora punta en el metro sería un carrusel de carcajadas, en lugar de silenciosas personas con la mirada enterrada en el móvil. Más que divertida, sería una estampa terrorífica.

Por fortuna, no hay que tomarse al pie de la letra lo que decimos en internet. Quizá estemos exagerando. En un artículo de The Conversation, los profesores Benjamin Nicki y Christopher Muller estimaban que hay un 85% de posibilidades de que un interlocutor virtual responda con la carita llorando de risa a cualquier comentario que encuentre remotamente divertido. Un estudio de la Universidad de Columbia analizó 45.000 mensajes de texto de adultos jóvenes: el 14% contenían la expresión LOL (acrónimo del inglés laughing out loud, que podría traducirse como riendo a carcajadas). Otro estudio, de la revistaAmerican Speech, señalaba que esta expresión había llegado a utilizarse “como señal de implicación del interlocutor, igual que uno podría decir ‘mm-hm’ en el curso de una conversación”.

Muchos expertos coinciden en señalar que los jajas, los loles y los 😂 trascienden el humor para expresar algo más. La risa, cuando se da en el mundo analógico, libera endorfinas, alivia el estrés y sirve para crear vínculos entre personas. Supone una ventaja evolutiva y tiene un papel en otras especies de animales sociales. Pero hay pocos estudios que analicen si su homólogo virtual tiene el mismo efecto. Y cada vez tiene más sentido buscar esa respuesta, cuando los memes han sustituido al chiste oral y muchos trabajos se desarrollan a distancia, sin más interacción con los compañeros que la que se da en un grupo de WhatsApp.

En los últimos años, hemos trasladado nuestra conversación al mundo online. Las palabras orales se han transformado en escritas, perdiendo por el camino algo de información (la entonación, el acento, etcétera) pero manteniendo su esencia y significado. No ha pasado lo mismo con la risa, una forma de expresión diferente que implica otros mecanismos neuronales, nace de forma espontánea en un contexto social y es difícil de trasladar al papel o a la pantalla. Y, sin embargo, en cuanto abrimos el teléfono o el ordenador, no podemos parar de reír.

La risa es uno de los pocos sonidos que utilizamos para comunicarnos antes de hablar, además del llanto y el grito. También a nivel evolutivo es anterior al lenguaje. Antes de que los primeros homínidos inventaran las palabras, ya estaban riéndose juntos. La risa no es exclusiva de los humanos. Las ratas se ríen, los suricatos se ríen, los grandes simios lo hacen de una forma muy similar a la nuestra. El neurocientífico Michael Brecht, de la Universidad de Humboldt, en Berlín, lleva años estudiando con animales cómo se forma esta risa. De momento sabe dónde. Su equipo apunta a la sustancia gris periacueductal, un conjunto de neuronas situadas alrededor del mesencéfalo, según publicó en un estudio en la revista Neuron.